Células madre y cáncer

A muchas personas les sorprende que las células madre que son un tratamiento efectivo para algunos tipos de cáncer (sobre todo los que están relacionados con la sangre y el sistema inmunitario) tengan propiedades similares a las células cancerosas. ¿Por qué? Porque ambas pueden completar el ciclo celular, es decir realizar una división celular llamada mitosis y que da lugar a nuevas células. Quizás usted haya estudiado o leído en algún lugar que las células son como pequeños seres microscópicos que forman nuestro cuerpo y tienen todas las funciones de los seres vivos: nutrirse del medio ambiente para obtener la energía y materia necesaria para continuar vivas, relacionarse con el medio ambiente y reproducirse, dando lugar a otras células vivas. Bien, esa afirmación es correcta, ya que todas en el ADN tienen la información necesaria para hacerlo, pero en realidad la mayor parte de las células de tu cuerpo y el de cualquier persona que nunca llegarán a dividirse por mitosis. Para que usted lo entienda bien vamos a explicar que en el cuerpo humano cuando está sano tenemos dos grandes tipos de células, las madres y las especializadas.

Las células especializadas, o "trabajadoras" son las que forman los tejidos. Por ejemplo las neuronas y las glia forman el tejido nervioso, las fibras musculares forman el tejido muscular estriado, los glóbulos rojos transportan el oxígeno y los glóbulos blancos que son las defensas inmunitarias son todos células especializadas. Todas ellas tienen en común dos cosas, que trabajan para realizar una o varias funciones para el cuerpo humano, y que ninguna de ellas puede reproducirse, porque aunque tienen la información en el ADN esa capacidad está censurada, inhibida, y nunca se expresa.

Las células madre de un adulto son aquellas células que se encargan de regenerar los tejidos, es decir que se dividen, pero gran parte de células hijas no siguen dividiéndose sino que se especializan para servir al cuerpo humano. Por ejemplo en el interior de huesos grandes como el fémur tenemos la médula osea, que es el lugar donde están las células madre hematopoyeticas del adulto (en el bebé están en el cordón umbilical). Allí en el interior de los huesos se generan todos los componentes celulares de la sangre: eritrocitos (glóbulos rojos), plaquetas y leucocitos, los cuales tendrán un tiempo de vida, de forma que hay que seguir produciéndolos durante toda la vida. En la base el hígado hay células madre para regenerar este órgano interno, y en la base la piel hay células madre que se dividen para reemplazar todas las perdidas diarias... y por ello existen tantas aplicaciones terapéuticas basadas en ellas.

Las células cancerosas normalmente son células especializadas, que en algún momento han sufrido errores que han hecho que dejen su función normal para empezar a dividirse. El problema es que su caso las células que se obtienen tras la mitosis no van en ningún caso a trabajar par el cuerpo humano realizando alguna función. Todas la descendencia son otras células cancerosas con capacidad de dividirse también. Por ello estás células sólo se dedican a alimentarse y reproducirse de forma incontrolada sin tener ningún tipo de control. A diferencia de ellas las células madre son las precursoras de los tejidos y de la vida, ya que las primeras, las que forman el embrión al principio son totipotentes.